4/3/13

ALGO DEL CIELO EN EL MURO (capítulo III )




El padre no tenía ninguna duda del impacto que provocaría un mural en el templo y como esto iría absolutamente de la mano con la fe de nuestro pueblo.
En los muros exteriores ya había dos murales que llamaban poderosamente la atención de los quilicuranos: La mujer del Apocalipsis y el descendimiento de la cruz.
Ambos los había ejecutado unos meses antes y aunque de menor tamaño, me habían llevado un considerable espacio de tiempo.
A la entrada de la parroquia, en el muro de la gruta había diseñado la mujer que describe el Apocalipsis:

“Una gran señal apareció en el cielo, una Mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Está encinta y grita con los dolores del parto y con los tormentos de dar a luz.
Y apareció otra señal en el cielo: un gran dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y sobre sus cabezas siete diademas…”

Finalmente la humedad, la intemperie y la lluvia deterioraron ambas obras y la pintura comenzó a dañarse y fue casi inútil su recuperación.
Provocaron un gran impacto y especialmente los niños investigaron mucho acerca de estas escenas.
Al cabo de cinco o seis años irremediablemente hubo que cubrirlas.
El rectángulo simétrico blanco era un gran desafío porque no era plano sino que era similar a un libro abierto.
El trabajo tomaría cerca de un año.
Sin embargo esto comenzaba con el diseño, con la maqueta del mural.
Decenas de bosquejos reales e imaginarios. La idea era traer un poco de cielo a este espacio y que no perdiera la esencia de lo que el templo significaba para Quilicura.
Largas horas de meditación.
 Muchos momentos de  lectura y de escrutar el texto bíblico sobre la anunciación.
El pequeño pasaje de san Lucas, lo leí cientos de veces, el saludo del ángel y la respuesta de María, estaban impregnados en mi corazón.

..”Y habiendo entrado el ángel donde ella estaba, le dijo: Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo, bendita tú entre las mujeres.
Ella se turbó al oír estas palabras y consideraba que significaría esta salutación. Y el ángel le dijo: no temas María, porque has hallado gracia delante de Dios: concebirás en tu seno y darás luz a un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande y será llamado hijo del altísimo, el señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará eternamente sobre la casa de Jacob y su reino no tendrá fin.
María dijo al ángel: ¿De qué modo será esto, pues no conozco varón? Respondió el ángel y le dijo: El espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por eso, el Santo que nacerá de ti, será llamado hijo de Dios...”
El texto en latín, logré memorizarlo completamente.
Al cabo de un mes. El diseño que iría en el muro estaba ya preparado.
La obra tenía una intimidad, porque en realidad nadie había visto el bosquejo de lo que aparecería en el muro blanco.



No hay comentarios:

Publicar un comentario